Etiología
Las causas son las mismas que en la pericarditis aguda, aunque las más frecuentes son las neoplasias, la pericarditis urémica y las idiopáticas.
Fisiopatología
Cuando un derrame pericárdico llega a ser importante, la acumulación de líquido en el saco pericárdico impide la dilatación diastólica del corazón y aumenta la presión intracardiaca. Esto dificulta el llenado de los ventrículos, que en consecuencia provoca:
- Elevación de presión venosa sistémica. Debido a la acumulación retrógrada de sangre. Aparece pulso yugular con “x” prominente e “y” disminuida o ausente.
- Disminución del gasto cardiaco. Debido a la menor precarga
Esto genera inicialmente una reacción adrenérgica que compensa la caida de gasto cardiaco con taquicardia y un incremento de las resistencias periféricas. Pero si el taponamiento aumenta, el llenado diastólico disminuye tanto que la compensación no es suficiente y aparecen hipotensión y bajo gasto cardiaco.
Exploración
Hipertensión venosa sistémica
- Ingurgitación yugular. Presente en casi todos los pacientes.
- Plétora facial venosa
- Signo de Kussmaul. Aunque es típico de la pericarditis constrictiva, también puede aparecer en el taponamiento.
Hipotensión arterial
- Colapso circulatorio.
- Obnubilación mental.
- Pulso paradójico. Descenso mayor de 10 mmHg en la PAS durante la inspiración.
Reacción adrenérgica
- Taquicardia
- Sudoración
- Palidez
- Oliguria
Pruebas
Radiografía de tórax
- Cardiomegalia. Gran aumento de la silueta cardiaca
- Signo de la «cantimplora». La silueta cardiaca adopta forma de “cantimplora”.
Electrocardiograma
- Alternancia eléctrica. Alternancia en la amplitud de las ondas P, QRS y T.
- QRS de bajo voltaje. Disminución de la amplitud del complejo QRS que varía latido a latido.
Ecocardiograma
Es el estudio más sensible y específico para confirmar el diagnóstico.
- Colapso de cavidades derechas. Ocurre en la diástole, cuando aumenta más la presión pericárdica.
- Movimiento septal paradójico
- Derrame pericárdico
Tratamiento
Pericardiocentesis
- Fines diagnósticos. El aspecto macroscópico del líquido pericárdico orienta al diagnóstico.
- Fines terapéuticos. La evacuación de un derrame pericárdico es una medida de urgencia y salvadora en el taponamiento cardiaco. Se ha demostrado que el taponamiento cardiaco se puede resolver en aproximadamente el 60% de los casos con tan sólo realizar una punción pericárdica. En otras ocasiones es necesario abrir una ventana pericárdica. El resto de los pacientes requie- re tratamiento quirúrgico, sea por falta de mejoría del cuadro clínico o por recidiva. Los diuréticos y los vasodilatadores están absolutamente con- traindicados en el taponamiento cardiaco ya que, al disminuir la precarga, reducen el gasto cardiaco, pudiendo desencade- nar un shock circulatorio. Sí que es importante, como medida complementaria, expan- dir la volemia con suero salino, sangre o dextrano.